Mientras la Luna cantaba en lo alto del cielo nocturno pretendiendo enamorar el corazón de los que la vida casi había destrozado, él se mantenía cautivo del silencio y el dolor que a la mujer de hermosos ojos cafés en su alma había provocado, hace días que no había vuelto a iluminar su vida con el brillo de la mirada de aquella mujer, hace días que no había vuelto a sentir sobre su piel los labios rojos de su bonita al amanecer.
Mientras la Luna cantaba en lo alto del inmenso oscuro cielo enamorando el lastimado corazón de los que sentían en cuerpo y alma infinito dolor, él escribía entre lágrimas y sombras sobre papel el profundo amor que sentía por la mujer a la que ahora extrañaba y que había sido víctima de su cruel y sombría pasión; momentos de locura incontrolable en enteras noches desgarrando la piel de la que le inspiraba amor, momentos de locura indescifrable transformándose en un ser oscuro, letal y aterrador.
Mientras ella cantaba él no existía, mientras ella cantaba entre la dulce voz de la Luna él desaparecía, mientras ella cantaba todas las noches con la esperanza de tocar su corazón, él llevaba en el alma tatuada toda la tristeza de sus actos de olvido y mísero horror.
Canta la Luna en lo alto de inmenso firmamento, canta la Luna anhelando poseer el corazón del que llora todas las noches junto a ella sus recuerdos.
Nuevamente el cielo se ha cubierto de estrellas, nuevamente él escribe entre sombras una carta de amor para su bonita de sonrisa eterna.
Arturo.
Colorear con letras 