Delicadas piezas de madera de inmenso y elegante poder subordinado a la insignificante mano de un mortal, horas eternas, movimientos precisos, miradas asesinas tal cual obra teatral.
Mentes casi perfectas en silencios espectrales, dueños del corazón de las piezas que caminan entre cielos infernales, leales soldados que se dejan seducir por las frías caricias de su amante, avanzan, retroceden, mueren y devoran a voluntad del que crea maravillosas jugadas sobre el aire.
Delicadas piezas de madera de inmenso y elegante poder subordinado a la insignificante mano de un mortal, entre el cielo y el infierno libran batallas en donde su muerte para salvar la vida del rey es la única verdad; en franca pelea en donde la muerte del rey es claramente bello arte, la derrota es un delicado placer ciego a los que sólo ven en la destrucción del monarca una insípida masacre.
Delicadas piezas de madera de inmenso y elegante poder subordinado a la insignificante mano de un mortal, horas eternas, movimientos precisos, miradas asesinas tal cual obra teatral; miradas clavadas en lo que a simple vista es una partida más de ajedrez, miradas calladas cumpliendo la silenciosa voluntad de los que mandan sobre el tablero y en la inocencia de los incrédulos a la vez.
Para ti. Arturo
Colorear con letras 