Ellos escriben para perfeccionar el arte natural que la vida les concedió para enamorar con su voz y seducir la razón con la dulzura de palabra escrita, son como páginas andantes de un libro de poesías que al abrirlo atrapa la mirada de la mujer que sólo en sueños poemas y cuentos bellos concebía.
Ellos escriben para devorar a los que nutren su cuerpo de frases provenientes de voces que intentan aparentar ser dueños de poemas de sentimientos obscenos, sonidos a veces indescifrables para la comprensión de reyes y reinas que no son más que soberanos de desiertos que ya están completamente secos.
Ellos escriben para conquistar lugares desconocidos que jamás han sido explorados, escriben para convertir en realidad los sueños de los que caminan sin rumbo y por la vida han sido castigados; escriben para sanar su golpeado músculo cardíaco, escriben para entregarse a la soledad que en silencio mutila sus ya cansadas manos.
Escriben para enamorar y olvidar, escriben para perder y encontrar, escriben por que sólo así pueden sanar las heridas abiertas de su cuerpo, escriben por qué necesitan que la tinta y el papel sean de su alma el más nítido reflejo.
Arturo.